sábado, 26 de enero de 2008

Ensayo: PALABRAS, PALABRAS, PALABRAS…

Por Valeria Leguizamón


La docente de primer año del Segundo Ciclo entrega a sus alumnos una serie de actividades del área de Lengua para que las realicen individualmente. Antes de que comiencen, les propone leer las consignas y explicarlas.

La primer actividad consiste en un breve “texto”, el cual deben leerlo en voz alta para “calificar” dicha lectura. La segunda es para responder preguntas acerca del mismo. Y la tercera actividad es para extraer de éste, sustantivos y adjetivos.

Con respecto al” texto”, recuerdo que trataba de tres chicos que van a pasear al bosque y en el camino recogen piedras, hojas y flores. Luego regresan a sus respectivas casas.

La docente les pide a sus alumnos, señalándolos de a uno, que: lean “con voz fuerte y clara”. Mientras uno lee, los demás deben ir siguiendo la lectura para no perderse cuando llegue su turno.

Responder las preguntas, no les demanda demasiado esfuerzo a los alumnos, puesto que sólo debían sacar oraciones completas.

Observación realizada en el mes de Mayo

Utilizo las comillas al escribir la palabra texto porque en realidad no cumplía con las condiciones para ser un verdadero texto, sino que eran dos párrafos compuestos por tres oraciones cada uno, con muy poco sentido e inclusive este quedaba inconcluso.

Vale recordar que los textos son unidades lingüísticas con carácter comunicativo en donde se distingue la intención del hablante y la situación comunicativa en la que se produce, siempre respetando las reglas textuales. Por lo tanto, si estos requisitos no se llevan a cabo, la calidad de los mismos se verá empobrecida.

De acuerdo con todo lo expuesto anteriormente me surgen las siguientes preguntas: ¿por qué se sigue trabajando con esos conjuntos de oraciones con escaso o nulo sentido?, ¿por qué se continúa torturando a los alumnos con las “lecturas” en voz alta?, y encima los demás se encuentran en la “obligación” de seguir la “lectura” para no llevarse una mala nota. ¿Por qué aún se trabaja a la oración como la unidad de sentido? Los docentes, ¿cómo desarrollan las competencias discursivas (conocimiento a cerca de variedades de textos) en los alumnos?, ¿en dónde está el enfoque actualizado o superador?, ¿qué pasa con lo que aprendemos en el Profesorado?

En los tres años del Profesorado, en el área de Lengua, estudiamos las diferencias, ventajas y desventajas entre el enfoque tradicional y el enfoque actualizado o superador. Me pregunto: ¿cuál será el motivo por el que el primero tiene aún tan fuerte influencia en la escuela actual?

El enfoque tradicional plantea a la oración como la unidad desde la cual debe partir la enseñanza de la Lengua (Gramática oracional). Se trabaja el análisis sintáctico (analizar oraciones, reconocer sus partes en forma separada y clasificarlas) y si los alumnos aprenden esto, podrán supuestamente reconocer, comprender y producir cualquier unidad mayor. No se enseña la lengua de la vida cotidiana, ni producciones concretas.

El enfoque actualizado o superador habla de una Gramática transoracional o textual, ya que la lengua se estudia a partir de textos, puesto que éstos se utilizan para comunicarse en la sociedad. Sostiene que el alumno desarrolla las competencias sólo si las vivencia (aprende a leer leyendo, a escribir escribiendo, etc.)

Actualmente se trabajan esos conjuntos de oraciones con escaso o nulo sentido, mal llamados “textos”, para obtener la información que estos pueden llegar a aportar, y la “lectura” en voz alta para que el docente compruebe si el alumno “sabe o no sabe leer”, es algo que todavía se practica con frecuencias en las aulas. Aún se sigue trabajando a la lengua oral y a la escrita como dos sistemas distintos y que el segundo representa al primero, puesto que al realizar dictados algunos docentes remarcan por ejemplo las S, V, u otras letras en ciertas palabras, para diferenciarlas de otras que se escriban con C, B, etc. Aparte algunos maestros afirman que: “hay chicos que escriben como hablan”. . Pero ¿no aprendemos primero a hablar?, ¿porqué no se entiende que escriben así pues eso es lo que se les enseña: la transcripción de la oralidad?

La lengua ha dejado de considerarse como un sistema de signos y relaciones a las que se debe describir, y existe otra concepción en la que se habla del uso de la lengua; de situaciones comunicativas reales, concretas; de textos; de lo que quiere decir el hablante, de lo que dice en realidad y de lo que entiende el receptor, etc. El alumno debe adecuarse correctamente a las situaciones comunicativas, es decir, que debe aprender que no puede utilizar la lengua informal en una situación de alta formalidad. La escuela es la encargada de formar emisores competentes, ¿pero lo está haciendo?, ¿por qué todavía se siguen observando tanto en la escuela primaria, secundaria como en otros niveles, chicos con dificultades para escribir textos “legibles”?, ¿conoce las variedades de textos el alumno al salir de la escuela?

Estamos rodeados de textos, por lo tanto es difícil imaginarnos a la comunicación sin que se concrete en texto, es por eso que no se debe aislar el conocimiento de la lengua. El docente debe considerar las tipologías textuales (cartas, cuentos, noticias, etc.) para de esta manera desarrollar en el alumno sus competencias discursivas. El chico debe conocer los textos que circulan en la sociedad, leerlos y producirlos.

Muchas veces la lectura y escritura de “textos” son consignas que se imponen en el aula por lo tanto el alumno pierde el entusiasmo por hacerlo. La lectura no debería ser tomada como una obligación por parte de los chicos. El docente debe saber qué textos les puede proporcionar, puesto que no todos son adecuados para la lectura o para resumir. Debe saber para qué van a leer los alumnos, es decir, que debe tener en claro los objetivos de la lectura y éstos van a depender del momento y la situación. Algunos de los objetivos son:

☼ Leer para obtener información: leer por ejemplo diarios, enciclopedias, diccionarios, etc.

☼ Leer para “hacer”: aquí es necesario que se comprenda el texto. Leer por ejemplo recetas, instrucciones de un juego o de un aparato, etc.

☼ Leer para aprender: su propósito es desarrollar conocimientos que se poseen mediante la lectura de un texto específico.

☼ Leer por placer: la elección de los textos va a depender de los gustos del lector, es decir que es de carácter personal, puesto que algunos podrán deleitarse al leer por ejemplo periódicos, otros poesías, otros biografías, etc.

☼ Leer para comunicar: la finalidad del lector es que el oyente comprenda lo que está leyendo, para eso el emisor va a utilizar estrategias como entonación, pausas, énfasis en aspectos determinados, etc.

☼ Leer para dar cuenta que se comprendió dicha lectura: aquí es donde muchos docentes suelen afirmar que mediante preguntas los alumnos demostrarán su comprensión de lo que leyeron, pero existen otras técnicas como resúmenes, sopa de letras buscando personajes, etc., donde el chico además de disfrutar al realizarlas, dará cuenta de su comprensión del texto.

Con respecto a la escritura, en la actualidad el alumno escribe una carta para un amigo, tío o cualquier otro pariente imaginario o lo que es peor para el docente con el único objetivo de que este le ponga una nota. El chico no tiene un receptor real y su objetivo no es comunicacional. No le escribe por ejemplo al dueño de una fábrica pidiendo permiso para realizar una visita. El interés del alumno es conformar al docente a la hora de escribir y no se siente incentivado al hacerlo. Quizás ampliando la cantidad de receptores esta situación se pueda revertir.

La enseñanza de los verbos, la ortografía, la sintaxis, etc. (conocimientos gramaticales) se adquieren en forma aislada de la escritura. ¿No es hora de replantearse qué es lo que falla aquí?, ¿no deberían comenzar a pensar que la gramática oracional que se enseña a los alumnos no sirve a la hora de producir textos?. En la escuela se enseña la lectura por un lado, la escritura por otro y la gramática aparte. Pero a la hora de producir textos, esta última juega un papel fundamental.

Otra cosas que me sorprendió fue como se trabaja la lectura con el objetivo de comprobar si esta se comprendió. ¿Por qué limitarse a las preguntas y respuestas y encima éstas últimas están a disposición de el alumno?, ¿por qué no darles actividades donde el chico tenga que reflexionar pero además se sienta a gusto al hacerlas, actividades como por ejemplos sopas de letras, acrósticos, crucigramas o utilizar la metodología de la descentración en donde se les da a los alumnos textos desviados para que los corrijan poniendo en funcionamiento sus competencias lingüísticas y comunicativas? ¿Por qué cuesta tanto desarraigarse de formaciones anteriores, formaciones que deforman la creatividad tonto del docente como del alumno?, ¿será que nos marcaron profundamente?

Así como hay docentes que se aferraron a este tipo de enseñanza de la lengua, hay otros que se revelaron ante la misma y se animaron a cambiar, a renovar, a crear, a imaginar nuevas estrategias de enseñanza, nuevos caminos. Docentes que reflexionaron acerca de sus prácticas y generaron transformaciones en su enseñanza de la Lengua. Docentes que tienen como propósito desarrollar en el alumno sus competencias lingüísticas y comunicativas y que para lograr esto, utilizan situaciones comunicativas concretas, y enseñan la lengua cotidiana porque es la lengua que deben aprender a utilizar y este es el objetivo del enfoque actualizado o superador: formar usuarios de la lengua.

1 comentario:

Pablo Bongiovanni dijo...

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