sábado, 26 de enero de 2008

Ensayo: PALABRAS, PALABRAS, PALABRAS…

Por Valeria Leguizamón


La docente de primer año del Segundo Ciclo entrega a sus alumnos una serie de actividades del área de Lengua para que las realicen individualmente. Antes de que comiencen, les propone leer las consignas y explicarlas.

La primer actividad consiste en un breve “texto”, el cual deben leerlo en voz alta para “calificar” dicha lectura. La segunda es para responder preguntas acerca del mismo. Y la tercera actividad es para extraer de éste, sustantivos y adjetivos.

Con respecto al” texto”, recuerdo que trataba de tres chicos que van a pasear al bosque y en el camino recogen piedras, hojas y flores. Luego regresan a sus respectivas casas.

La docente les pide a sus alumnos, señalándolos de a uno, que: lean “con voz fuerte y clara”. Mientras uno lee, los demás deben ir siguiendo la lectura para no perderse cuando llegue su turno.

Responder las preguntas, no les demanda demasiado esfuerzo a los alumnos, puesto que sólo debían sacar oraciones completas.

Observación realizada en el mes de Mayo

Utilizo las comillas al escribir la palabra texto porque en realidad no cumplía con las condiciones para ser un verdadero texto, sino que eran dos párrafos compuestos por tres oraciones cada uno, con muy poco sentido e inclusive este quedaba inconcluso.

Vale recordar que los textos son unidades lingüísticas con carácter comunicativo en donde se distingue la intención del hablante y la situación comunicativa en la que se produce, siempre respetando las reglas textuales. Por lo tanto, si estos requisitos no se llevan a cabo, la calidad de los mismos se verá empobrecida.

De acuerdo con todo lo expuesto anteriormente me surgen las siguientes preguntas: ¿por qué se sigue trabajando con esos conjuntos de oraciones con escaso o nulo sentido?, ¿por qué se continúa torturando a los alumnos con las “lecturas” en voz alta?, y encima los demás se encuentran en la “obligación” de seguir la “lectura” para no llevarse una mala nota. ¿Por qué aún se trabaja a la oración como la unidad de sentido? Los docentes, ¿cómo desarrollan las competencias discursivas (conocimiento a cerca de variedades de textos) en los alumnos?, ¿en dónde está el enfoque actualizado o superador?, ¿qué pasa con lo que aprendemos en el Profesorado?

En los tres años del Profesorado, en el área de Lengua, estudiamos las diferencias, ventajas y desventajas entre el enfoque tradicional y el enfoque actualizado o superador. Me pregunto: ¿cuál será el motivo por el que el primero tiene aún tan fuerte influencia en la escuela actual?

El enfoque tradicional plantea a la oración como la unidad desde la cual debe partir la enseñanza de la Lengua (Gramática oracional). Se trabaja el análisis sintáctico (analizar oraciones, reconocer sus partes en forma separada y clasificarlas) y si los alumnos aprenden esto, podrán supuestamente reconocer, comprender y producir cualquier unidad mayor. No se enseña la lengua de la vida cotidiana, ni producciones concretas.

El enfoque actualizado o superador habla de una Gramática transoracional o textual, ya que la lengua se estudia a partir de textos, puesto que éstos se utilizan para comunicarse en la sociedad. Sostiene que el alumno desarrolla las competencias sólo si las vivencia (aprende a leer leyendo, a escribir escribiendo, etc.)

Actualmente se trabajan esos conjuntos de oraciones con escaso o nulo sentido, mal llamados “textos”, para obtener la información que estos pueden llegar a aportar, y la “lectura” en voz alta para que el docente compruebe si el alumno “sabe o no sabe leer”, es algo que todavía se practica con frecuencias en las aulas. Aún se sigue trabajando a la lengua oral y a la escrita como dos sistemas distintos y que el segundo representa al primero, puesto que al realizar dictados algunos docentes remarcan por ejemplo las S, V, u otras letras en ciertas palabras, para diferenciarlas de otras que se escriban con C, B, etc. Aparte algunos maestros afirman que: “hay chicos que escriben como hablan”. . Pero ¿no aprendemos primero a hablar?, ¿porqué no se entiende que escriben así pues eso es lo que se les enseña: la transcripción de la oralidad?

La lengua ha dejado de considerarse como un sistema de signos y relaciones a las que se debe describir, y existe otra concepción en la que se habla del uso de la lengua; de situaciones comunicativas reales, concretas; de textos; de lo que quiere decir el hablante, de lo que dice en realidad y de lo que entiende el receptor, etc. El alumno debe adecuarse correctamente a las situaciones comunicativas, es decir, que debe aprender que no puede utilizar la lengua informal en una situación de alta formalidad. La escuela es la encargada de formar emisores competentes, ¿pero lo está haciendo?, ¿por qué todavía se siguen observando tanto en la escuela primaria, secundaria como en otros niveles, chicos con dificultades para escribir textos “legibles”?, ¿conoce las variedades de textos el alumno al salir de la escuela?

Estamos rodeados de textos, por lo tanto es difícil imaginarnos a la comunicación sin que se concrete en texto, es por eso que no se debe aislar el conocimiento de la lengua. El docente debe considerar las tipologías textuales (cartas, cuentos, noticias, etc.) para de esta manera desarrollar en el alumno sus competencias discursivas. El chico debe conocer los textos que circulan en la sociedad, leerlos y producirlos.

Muchas veces la lectura y escritura de “textos” son consignas que se imponen en el aula por lo tanto el alumno pierde el entusiasmo por hacerlo. La lectura no debería ser tomada como una obligación por parte de los chicos. El docente debe saber qué textos les puede proporcionar, puesto que no todos son adecuados para la lectura o para resumir. Debe saber para qué van a leer los alumnos, es decir, que debe tener en claro los objetivos de la lectura y éstos van a depender del momento y la situación. Algunos de los objetivos son:

☼ Leer para obtener información: leer por ejemplo diarios, enciclopedias, diccionarios, etc.

☼ Leer para “hacer”: aquí es necesario que se comprenda el texto. Leer por ejemplo recetas, instrucciones de un juego o de un aparato, etc.

☼ Leer para aprender: su propósito es desarrollar conocimientos que se poseen mediante la lectura de un texto específico.

☼ Leer por placer: la elección de los textos va a depender de los gustos del lector, es decir que es de carácter personal, puesto que algunos podrán deleitarse al leer por ejemplo periódicos, otros poesías, otros biografías, etc.

☼ Leer para comunicar: la finalidad del lector es que el oyente comprenda lo que está leyendo, para eso el emisor va a utilizar estrategias como entonación, pausas, énfasis en aspectos determinados, etc.

☼ Leer para dar cuenta que se comprendió dicha lectura: aquí es donde muchos docentes suelen afirmar que mediante preguntas los alumnos demostrarán su comprensión de lo que leyeron, pero existen otras técnicas como resúmenes, sopa de letras buscando personajes, etc., donde el chico además de disfrutar al realizarlas, dará cuenta de su comprensión del texto.

Con respecto a la escritura, en la actualidad el alumno escribe una carta para un amigo, tío o cualquier otro pariente imaginario o lo que es peor para el docente con el único objetivo de que este le ponga una nota. El chico no tiene un receptor real y su objetivo no es comunicacional. No le escribe por ejemplo al dueño de una fábrica pidiendo permiso para realizar una visita. El interés del alumno es conformar al docente a la hora de escribir y no se siente incentivado al hacerlo. Quizás ampliando la cantidad de receptores esta situación se pueda revertir.

La enseñanza de los verbos, la ortografía, la sintaxis, etc. (conocimientos gramaticales) se adquieren en forma aislada de la escritura. ¿No es hora de replantearse qué es lo que falla aquí?, ¿no deberían comenzar a pensar que la gramática oracional que se enseña a los alumnos no sirve a la hora de producir textos?. En la escuela se enseña la lectura por un lado, la escritura por otro y la gramática aparte. Pero a la hora de producir textos, esta última juega un papel fundamental.

Otra cosas que me sorprendió fue como se trabaja la lectura con el objetivo de comprobar si esta se comprendió. ¿Por qué limitarse a las preguntas y respuestas y encima éstas últimas están a disposición de el alumno?, ¿por qué no darles actividades donde el chico tenga que reflexionar pero además se sienta a gusto al hacerlas, actividades como por ejemplos sopas de letras, acrósticos, crucigramas o utilizar la metodología de la descentración en donde se les da a los alumnos textos desviados para que los corrijan poniendo en funcionamiento sus competencias lingüísticas y comunicativas? ¿Por qué cuesta tanto desarraigarse de formaciones anteriores, formaciones que deforman la creatividad tonto del docente como del alumno?, ¿será que nos marcaron profundamente?

Así como hay docentes que se aferraron a este tipo de enseñanza de la lengua, hay otros que se revelaron ante la misma y se animaron a cambiar, a renovar, a crear, a imaginar nuevas estrategias de enseñanza, nuevos caminos. Docentes que reflexionaron acerca de sus prácticas y generaron transformaciones en su enseñanza de la Lengua. Docentes que tienen como propósito desarrollar en el alumno sus competencias lingüísticas y comunicativas y que para lograr esto, utilizan situaciones comunicativas concretas, y enseñan la lengua cotidiana porque es la lengua que deben aprender a utilizar y este es el objetivo del enfoque actualizado o superador: formar usuarios de la lengua.

lunes, 21 de enero de 2008

Reseña de libro: Nabuco, etc. de Ema Wolf

Un mágico mundo de aventuras

Por Roxana Marín

FICHA TÉCNICA:

Título: Nabuco, etc.

Autora: Ema Wolf

Género: Cuentos infantiles

Colección: Torre de papel

Editorial: Norma


Esta es otra espectacular obra de una de las más prestigiosas escritoras de literatura infantil: Ema Wolf; reúne una bellísima e interesante compilación de espectaculares cuentos para niños.

Divertidísimos personajes, fascinantes ilustraciones, cálidas palabras y sucesos extraordinarios que atraparán a los más pequeños y los llevarán a un mágico mundo de aventuras donde habrá pequeñísimas princesas, magos sorprendentes y muchos seres imaginarios más.

El primero de estos relatos tiene un protagonista medio raro pero muy especial, un perro tan pequeño que diría que es como un alfiler. Junto a su dueño viven innumerables episodios. Son muy felices hasta que un día Nabuco comienza a andar un poco triste y nadie sabe por qué. Su tristeza se debe a que tiene un sueño, no común y corriente, sino que no es muy fácil de cumplir. ¿Su fantasía podrá hacerse realidad?

miércoles, 16 de enero de 2008

Ensayo: Una mirada a la realidad escolar y la teoría constructivista.

¿Y la escuela

Constructivista?

En la actualidad se habla del constructivismo como la forma adecuada de enseñar contenidos, pero, ¿en las escuelas se ve esto?

Por Andrea Bonsi

Se está hablando de que la escuela se encuentra en una etapa de transición ya que se está dejando de lado el modelo conductista, en el cual se pretendía que los chicos retuvieran la información por lo menos hasta el momento de “volcarlo” en una prueba generalmente escrita y debían reproducir tal cual lo enseñado, los alumnos eran una “tabula rasa” en la que se imprimían, supuestamente, los conocimientos, y era así como ellos aprendían, siendo pasivos y aceptando, sin cuestionar la palabra del docente ya que era este último el único que poseía el saber.

Sin embargo en este momento nos hallamos pretendiendo adoptar el modelo constructivista, en el cual es el propio sujeto que construye el aprendizaje con la ayuda del docente guía que le brinda las herramientas necesarias para ello.

¿Pero qué sucede actualmente en las escuelas?

Podremos hacer un análisis, pero hagámoslo desde el área de Lengua uno de los pilares para nuestro desarrollo social ya que mediante ella nos comunicamos, entretenemos y divertimos entre otras cosas, porque una visión general no nos permitiría detallar paso a paso lo que sucede, además es allí donde se ven mayores falencias y constituye el objeto de este trabajo.

La enseñanza de la Lengua con el primer modelo “era” (ya que después veremos que no es tan del pasado) de la siguiente manera:

  • Respecto a la lectura: los chicos debían hacerla en voz alta, sin omitir ninguna letra y sin “inventar” ninguna palabra ya que esto sería una evidencia de que no se sabe leer, además los “textos” que leían no tenían otra función sino la de que se aprendiera a leer y no eran ni cuentos, ni leyendas, ni textos informativos, generalmente eran redacciones con escaso sentido para los chicos cuyo único fin era leerlas correctamente.
  • Respecto a la escritura: aprendían primero por las letras más “fáciles” que eran las vocales y luego las consonantes, para cual se armaban “textos”, que en realidad eran sólo oraciones sin o con poco sentido en los cuales se repetían la mayor cantidad de veces posibles las consonantes que se pretendía enseñar un ejemplo de esto es: “mi mamá me mima” o “mi mamá amasa la masa” también se picaba papelitos, se pintaba la letra y se escribían dos o tres renglones con ella.

Por otro lado se les pedía que realizaran composiciones que no tenían formato alguno y en las que los alumnos escribían lo que pensaban que el docente quería; es decir, escribían por conformar al maestro y no por gusto o con un fin específico; para comprobar si sabían escribir debían hacerlo copiando correctamente del pizarrón o al dictado y un error ortográfico en más de una ocasión en la misma palabra implicaría escribir varios renglones de esta, además se les enseñaba las reglas ortográficas como algo paralelo al texto y los chicos no podían establecer relaciones porque veían esto como dos cosas diferentes y sin poder encontrar o establecer semejanzas o aplicación del uno respecto del otro como dos mundos sin conexión.

Ahora bien veamos lo que propone el modelo que se está intentando implementar en las aulas y comencemos desde la lectura: hoy en día sabemos que los chicos viven rodeados de “letras” las cuales forman palabras con las que ellos interactúan constantemente logrando reconocerlas sin que les presente alguna dificultad, debido a que si ven, por ejemplo, una botella de gaseosa y alguien les dijo cuál era la marca, lograrán reconocerlas en otra situaciones y lo aplicarán haciendo saber que ellos “saben” lo que allí dice porque esa experiencia está cargada de significatividad, debido que esto sucede a diario en su vida. Es por esto que los chicos aún sin saber leer pueden comprender lo que se expresa en un afiche por ejemplo, ya que se ponen en juego no sólo la información no visual de la que habla Smith (sentimientos, dudas, miedos, conocimientos, etc.) sino también la información visual ya que las letras no andan sueltas por ahí sino que se encuentran en un portador determinado y con una función determinada, y ellos al conocer algunas letras hipotetizan sobre lo que puede decir porque empieza como… o porque termina como… Con estas pistas, la guía del docente y sus compañeros comprenden lo que expresa el texto en cuestión, que puede ser de cualquier tipo que ellos conozcan y observen a diario, y no estar preparando, permítame la expresión “pavadas disfrazadas de textos” para que supuestamente aprendan a leer cuando en realidad lo único que provocan es dificultar la lectura porque no hay una apropiación del contenido y se encuentra “en el aire” sin poder establecer relaciones con sus saberes previos.

Por otra parte debemos tener en claro los objetivos para los que se lee, y a través de esto desarrollar el lenguaje, por ejemplo, pero hay que tener en cuenta que no sólo se deben lee cuentos en la escuela, ya que los niños son capaces de interpretar textos diversos, no los menospreciemos, ellos pueden simplemente debemos fomentar la posibilidad de interactuar con múltiples discursos.


Todo muy lindo pero: ¿cómo se si aprendió o no a leer, a unir las palabras y construir sentido? ¿Sólo se logra saber esto si leen en voz alta y sin equivocaciones?

No, aunque estoy de acuerdo en que se aprende a leer leyendo y discúlpenme por decepcionarlos, pero no es necesaria ni obligatoria la lectura en voz alta, tampoco hay que desecharla, ya que se debe realizar si algún niño muestra interés o gusto por comunicar a los demás algo sin ser necesario que todos los alumnos cuenten con el material, pero esto no es requisito indispensable para determinar si saben o no leer ya que leer es construir sentido de lo que el texto expresa.

¿Cómo sé si construyeron el sentido del que se está hablando? Seguramente a través de preguntas.

No, nuevamente debo negarme a esta única forma que se ha implementado para “comprender” un texto, porque por lo general, la primera pregunta corresponde al primer párrafo o renglón y así sucesivamente avanzando en el material sin requerir ningún esfuerzo cognitivo, ya que esto es mera transcripción. Se podría realizar alguna pregunta, mejor si es en forma oral así todos colaboran en la construcción de la respuesta, donde deban inferir, hipotetizar a partir de lo que leyeron y sin que exista una sola respuesta posible sino que surja de la interpretación.

Veamos lo que sucede con la escritura: como ya dije se los hace o “hacía” escribir para conformar al docente cosa que a los niños no les resulta o “resultaba” significativo ni atractivo, es más lo ven o lo “veían” como una carga, lo hacen o lo “hacían” generalmente para aprobar, es por esto que se propone el tener en cuenta que en la vida diaria se escribe -y ellos escriben- por diversos motivos pero con un objetivo y en donde existe un emisor (ellos) y un receptor real, escriben por y para algo no para conformar a nadie; por esto es necesario el “traer” a la escuela lo que ellos vivencian pero no como un “teatro”, no hagamos de la escritura un fetiche, para seguir haciendo como que si le escribimos a alguien, sino que para escribirle a alguien con un propósito y no por que sí nada más.

Ahora bien: ¿qué sucede en las aulas hoy? La mayoría de los docentes que pude observar piensan, o en realidad no quieren pensar, en otra posibilidad que no sea la conductista para enseñar los contenidos, no sólo de esta área sino en general, creo que esto se debe a que tendrían que ponerse a “trabajar” un poco más en sus planificaciones, si es que las realizan, como así también tener en cuenta que no se llega a todos de la misma forma y esto les demandaría mayores esfuerzos cognitivos y físicos porque deberían dedicarle más tiempo ganas y además no es tan fácil romper con tan arraigada y cómoda forma de enseñar.

También debemos tener en cuenta, y cuidado de no caer en facilismos, como intentaré demostrar que sucedió en el siguiente caso o quizás es sólo una mala interpretación de “nuestro modelo de enseñanza”.

En una escuela de la zona, en segundo año EGB1 la docente a cargo les dijo a sus alumnos que copiaran una serie de palabras (no sé cual era el objetivo de la clase) entre ellas se hallaba “vaca”, un nene la copió así: “baca” al llegar a su casa su padre le revisó el cuaderno y le preguntó por qué había escrito esa palabra así y se la hizo corregir. Luego de varios días el chico volvió a escribir, en más de una oportunidad “baca” y la maestra le había corregido como bien la actividad pero no el error de ortografía, a raíz de lo cual, el padre decidió ir a la escuela a preguntarle, porque no le corregía el error a su hijo a lo que ella respondió: “yo no les puedo corregir los errores, ellos se tienen que dar cuenta solos cómo se escribe”

Es entonces es cuando me pregunto ¿cómo es posible que se dé cuenta si ni si quiera sabía que no se escribía así? ¿si ella no les brindó las herramientas necesarias, cómo podría hacerlo solo?

Debo decir que nuestra tarea no implica el “dejar hacer lo que los chicos quieran porque deben darse cuenta solos”, nuestra función es ayudarlos, guiarlos para que entonces puedan construir saber.. Cómo puedo pretender que alguien descubra si hizo algo mal si no sabe lo que está mal o lo que está bien, es por ello que debo establecer pautas, permitirle reflexionar, dejarlo que se descubra, pero estando ahí para ayudarlo, decirle y explicarle lo que es correcto y lo que no, esa es nuestra función enseñarles pero ayudándolos no dándoles verdades acabadas porque cada vez que lo hacemos no permitimos que sean ellos los que las reconstruyan.

Después de todo este análisis me doy cuenta que la escuela constructivista no se encuentra en las aulas hoy quizás mañana pero debemos ser conscientes que eso depende de nosotros ya que somos “la semillita” que fueron formando y brindándoles herramientas para que seamos fuertes, no nos dejemos doblegar por el facilismo de la escuela tradicional y contagiemos con alegría y fundamentos esta “nueva” forma de transmitir saber aunque se nos critique y menosprecie todo está en nosotros así que ¡¡¡MANOS A LA OBRA!!!

(Ensayo producido como Trabajo Final de 3er. año del Profesorado 2007, en el Espacio Curricular: Apoyo Disciplinar a la Residencia Lengua)

jueves, 10 de enero de 2008

Reseña de libro: Pido Gancho de Estela Smanía

Cuestión de adolescentes

Por Natalí Galetto


FICHA TÉCNICA:

Título: Pido Gancho

Autor: Estela Smanía

Género: Novela juvenil actual.

Editorial: Sudamericana S.A.

Cantidad de páginas: 78


Esta novela actual cuenta la historia de Juli, una chica que cursa su último año de escuela primaria. Todo marcha bien, hasta que descubre un trágico secreto que cambia su vida para siempre: es hija adoptiva. Luego de superar este conflicto, la muchacha no es la misma que antes, su manera de ver el mundo y sus sentimientos han cambiado. A todo esto, se le suman los complejos propios de la edad: la protagonista de llena de acné y los vidrios de sus anteojos son cada vez mas gruesos, además, su querida abuela ya no vive más con ella porque a causa de su enfermedad, sus hijos la internan en un geriátrico. Pero Juli no está sola, tiene una amiga incondicional que siempre la acompaña. Cuando todo vuelve a la normalidad, otro acontecimiento sucede, una nueva prueba, otra oportunidad para crecer.

Es un relato entretenido y de fácil lectura, especialmente indicado para jovencitas, no obstante personas de más edad lo pueden leer y seguramente volverán a su memoria esos terribles y a la vez hermosos años de la adolescencia. Es una novela muy cálida, llena de emoción y muy creíble, ya que narra hechos que pueden suceder en la vida cotidiana. La obra esta escrita de una manera tan espectacular que podemos sentir en nuestro corazón todas las dudas, temores, aflicciones, alegría y emociones que le suceden a la protagonista, con la cual me siento identificada en muchos aspectos.


(Reseñas producidas por alumnos de 2do. año de Profesorado 2007, a partir de la lectura de libros de la Bibliteca de Literatura infantil y Juvenil "Humberto Sapo Verde")

jueves, 3 de enero de 2008

Ensayo: PROYECTANDO EL CAMBIO

Por Diego López


Una de las mayores incertidumbres que se me ha presentado durante este último tiempo en el Profesorado, y se ha agudizado en la etapa de Residencia, es la continuidad o no, de proyectos llevados a cabo por docentes en el área de Lengua, como así también la forma de trabajarlos, en el transcurso de la escolaridad de nuestros alumnos en las escuelas primarias. Obviamente no hablo de proyectos en donde los objetivos se planteen para ser cumplidos en poco tiempo, por el contrario hago referencia a aquellos que nos permitan abordar “cuestiones” de la Lengua y la Literatura, como lo son la ortografía, los verbos, la gramática, etc.

Hablando de ello, es de público conocimiento, más aún si se frecuentan las escuelas de nuestro país, que se siguen analizando oraciones y dando toda la descripción gramatical de la lengua. Los alumnos siguen recitando los verbos de memoria, clasificando los adjetivos,... como alguna vez nosotros también lo hicimos, y sólo de recordarlo se me pone la piel de gallina, (¡y eso que soy de Boca!). En contraposición con esto, en la cátedra de Lengua en el Profesorado, hemos aprendido que “saber lengua” es saber usarla, saber hacer, por lo que nos debemos centrar en los procedimientos. Los conceptos deben ser el punto de llegada, no el de partida como se trabaja hasta ahora. Y esto es mucho más coherente, ya que al plantear los conceptos al comienzo, me está dando la pauta de que al chico se le está truncando la posibilidad de reflexión sobre los hechos del lenguaje.

En uno de los artículos que se encuentran en el Dossier de Materiales Bibliográficos de Lengua III, escrito por la Licenciada Gabriela Monzón, mi profe, con el título “Algunas precisiones en torno de los proyectos de Lengua”….; ella apunta al respecto:”Partamos de que soy una convencida, de que a mí ya no me tienen que seducir acerca de las ventajas de esta metodología; pero precisamente ¿cómo me convencí?, ¿qué la hizo valiosa para mi desempeño en el aula?, ¿qué vi de especial en los chicos participando en proyectos?, ¿qué me pasó con los contenidos?, ¿y la evaluación?...

Ahí esta la clave. En lo mío-la enseñanza de la lengua y la literatura- empecé a trabajar en proyectos porque todo encajó en su lugar. Incluso esos componentes que los docentes no sabemos donde poner ni como acomodar: la ortografía, los verbos, la gramática en general, la escritura, los textos…”

Si bien durante estos años en el Profesorado, la profesora de la cátedra se las ha “visto en figuritas” al intentar desarraigarnos de las viejas y persistentes prácticas pedagógicas y los supuestos que la sostienen, las cuales nos han quedado marcadas a fuego desde nuestros tiempos de alumnos, y que en ocasiones también se han puesto de manifiesto a lo largo de la carrera que elegimos cursar; creo que al final, y más allá de muchas rabietas que se debe pegar la profe con nosotros, una semillita ha prendido.

Sí, de ello estoy seguro. Cuando sea docente, más allá de mis aciertos y errores, lo aportado desde el Espacio Curricular de Lengua, me ha hecho entender que trabajar en forma de proyectos tiene sus ventajas. Es cierto que aún me falta muchísimo por aprender y que para hacer un buen trabajo deberé esforzarme mucho, y es más, creo que cuando me reciba serán asiduas mis visitas a Gabriela en busca de socorro.

Pero lo que me atemoriza no es lo que pueda hacer como docente, no quiero pecar de vanidoso diciendo esto, lo que pasa es que sé que seguiré estudiando y dejando lo mejor de mí para que las cosas salgan lo mejor posible, y de acuerdo a cómo se me ha transmitido y hecho reflexionar en esta etapa de alumno del profesorado. Lo que sí me preocupa como decía al principio, es sobre la continuidad de los proyectos a lo largo de los años que los alumnos estén en las escuelas. ¿Qué pasa con ellos cuando los proyectos elaborados para largos plazos, y que van más allá de un año, son truncados por el docente al año siguiente? ¿Qué ocurre cuando la manera de trabajar entre docentes es tan desarticulada? ¿Qué ocurre cuando aún al haberse estipulado una forma de trabajar con los colegas, estos luego no respeten lo acordado? ¿Qué pasa con aquellos niños que van y vienen entre los caprichos de los adultos, metodologías varias, y nunca les queda nada claro?

Si bien a la hora de planificar un proyecto es necesario establecer las pautas de trabajo entre los involucrados en el mismo, es también sumamente lógico darle continuidad luego. De ello trata Gabriela Monzón en el artículo antes citado: “Hablar de proyectos en el ámbito escolar…, supone un entramado complejísimo de particularidades concepciones, en este caso acerca de la Lengua, la Literatura, la lectura, la escritura, la actividad metalingüística, y primordialmente exige determinado rol docente; el de experto. No solo experto lector y escritor, sino un especialista capaz de hacerse cargo de la transposición didáctica y la coordinación adecuada y eficiente de las situaciones de enseñanza y aprendizaje, que sepa responder a las necesidades puntuales, que se adecue a su particular interlocutor, que se sitúe a su lado y por encima de este, que acompañe y no dirija desde afuera de manera inaccesible. El proyecto acordado en conjunto por el docente y los alumnos, con una adecuada distribución de tareas, tiempos y espacios de trabajo flexibles, nuevas maneras de evaluar, conforma la modalidad ideal para la enseñanza de la Lengua y la Literatura; pero supone una posición de acompañamiento por parte de la institución y sus agentes muy diferente a la que aún predomina”.

Para sumar otra opinión seria sobre el tema, abalada especialmente por su experiencia y trayectoria como docente de EGB, ex alumna de este Instituto, puedo referir lo expresado por Alejandra Levrand, durante su visita a la cátedra Apoyo a la Residencia de Lengua, oportunidad en que se le preguntó por la articulación de los proyectos realizados en el área de Lengua en la Escuela Normal Superior “José María Torres” de la ciudad de Paraná, donde es maestra de tercer año del segundo ciclo, a lo que respondió que ella había podido dar continuidad a un trabajo que había comenzado el año anterior en el segundo año de este mismo ciclo, ya que pudo mantener el grupo de alumnos; de lo contrario esto hubiese resultado un inconveniente. Seguramente de no haber sido así, el proyecto hubiese quedado trunco, y los chicos se habrían tenido que conformar con aprender lo que debían aprender al menos por un tiempo. Pobres de ellos cuando volvieran a la monotonía a que los tenemos acostumbrados.

Es cierto que las inquietudes que se me presentan acerca de la problemática de la continuidad a lo largo de los años de un proyecto serio y responsable, no tienen ni tendrán una pronta respuesta; por lo pronto veo sumamente necesario, ponernos de acuerdo para trabajar en bien de los alumnos. Que estos tengan la oportunidad de leer, escribir y reflexionar sobre textos ya que son parte de la vida, y que si no se aprende con ellos, ¿de qué otra manera hacerlo? Hoy en las escuelas esto casi no se lleva a cabo. Se sigue enseñando a partir de unidades menores (letras, sílabas), para llegar a mayores (oraciones, párrafos). Pero sumando pequeños trocitos nos resultaría imposible llegar a conocer el lenguaje de la escritura, con sus particularidades contextuales, paratextuales, textuales, oracionales; sintaxis, coherencia y cohesión, etc.

En el mismo artículo antes citado, Gabriela Monzón hace la siguiente referencia:”Las empresas o emprendimientos de los que habla Smith poseen considerables diferencias con respecto a las actividades escolares habituales- incluso alguna que se atribuye el nombre de proyecto- pues implican dos principios esenciales: una necesidad de leer y una necesidad de escribir. En la vida cotidiana este es un aspecto intrínseco de las situaciones en que las personas usan la lengua, aunque no así en la escuela, en la cual las actividades lingüísticas está permanentemente signada por el objetivo de lograr su enseñanza, ligada a propósitos didácticos y no necesariamente expresivos o comunicativos. Ahora bien, ¿por qué separar una cosa de otra? Si en la vida diaria aprendemos haciendo ¿por qué la escuela debe colocar al sujeto en situaciones artificiales en las que deba dar cuenta de sus aprendizajes por situaciones burocráticas, porque el maestro lo pide, porque la escuela lo requiere? ¿No es mejor que – inmerso en situaciones auténticas de comunicación- pueda participar de otras expresamente planificadas para que solucione los conflictos que la práctica comunicativa misma le plantea; que le permitan acceder a la reflexión, a la actividad metalingüística, a la información necesaria, no para un simple requisito sino en virtud de las dificultades lingüísticas que se le presentan? ”.

Para cerrar, estoy convencido de que trabajar desde proyectos en los que se manifieste un eje claro, en donde haya actividades de acuerdo al mismo, y en donde los objetivos que nos planteemos tengan una meta segura; nos permitirá contar con el interés de los niños, el deseo de aprender, el sentirse parte del mismo, y el poder trascender, año a año, permitiendo construir significado a partir de situaciones concretas, que permitan resolver conflictos presentes en la vida cotidiana y haciendo usuarios responsables y eficientes de la Lengua.

Para concluir me gustaría traer a la memoria la experiencia relatada por Alejandra Levrand, en la misma charla antes mencionada, en la que mencionó que le dio muchas satisfacciones el trabajar en forma de proyectos, ya que los niños lo sienten parte de ellos, atrayendo su interés, involucrándose cada vez más en el cumplimiento de cada uno de los objetivos que se plantean y renuevan.


(Ensayo producido como Trabajo Final de 3er. año del Profesorado 2007, en el Espacio Curricular: Apoyo Disciplinar a la Residencia Lengua)

Reseña de libro: Orgullo y prejuicio de Jane Austen

¿Qué hay detrás del no de una mujer?

por María Cristina Pérez

FICHA TÉCNICA:
Título:
Orgullo y Prejuicio
Autor: Jane Austen
Género: Novela Clásica Juvenil
Colección: Roja – Billiken
Editorial: Atlántica – Buenos Aires


“Orgullo y prejuicio” es una historia del todo particular y que lleva al lector a reflexionar sobre su propio proceder en algunas situaciones de la vida cotidiana.

La trama cobra vida en el seno de una familia acomodada del siglo XIX con cinco hijas mujeres de muy distintos gustos y caracteres.

La llegada de un nuevo vecino conmociona la pequeña localidad, sedienta de novedades, y en especial a todas las madres con hijas solteras, que ven en él un muy buen partido, nada despreciable.

El conflicto llega a su punto culminante cuando una de las hijas mayores, Isabel, se niega a aceptar las proposiciones de varios candidatos y dar el feliz paso. ¿Qué la lleva a tomar tal actitud? ¿Qué sentimientos pasan por su corazón?

La obra narra desde una mirada poco tradicional o poco común los hechos que se suceden en aquella hasta entonces tranquila localidad inglesa.

Si bien es muy descriptiva y los diálogos son pocos, se deja entrever perfectamente el argumento principal, que no deja de ser atrapante por ello.

Para los amantes de la literatura clásica, “Orgullo y prejuicio” es una novela ideal y es la respuesta y el título perfecto para una obra donde los sentimientos no son todo.

¿Qué hay detrás del no de una mujer, en este caso Isabel? En las páginas de este libro está la respuesta.

Contra las reglas

Por Paola Farías

Jane Austen, escritora inglesa, vivió entre los años 1775-1817, pasó su niñez junto a su familia en una parroquia; publicó numerosas novelas siendo una de las más destacadas: “Orgullo y Prejuicio”.

Esta historia transcurre en un tranquilo pueblo que se ve convulsionado por la llegada de un nuevo vecino joven, soltero y rico. Las madres piensan que es un buen partido para sus hijas.

Este da una fiesta donde invita a las familias del lugar, en el transcurso de la noche conoce a la mayor de las cinco hermanas Bennet y se enamora de ella. Su fiel amigo Darcy no tiene la misma impresión sobre estas chicas motivo por el cual comienzan los conflictos.

La madre de las protagonistas quiere que Isabel, la segunda de sus hijas, se case con su primo para no perder la propiedad familiar. Esta lo rechaza porque no está enamorada de él… ¿es realmente el verdadero motivo o hay algo más en su actitud…?

Esta interesante novela va a atrapar a sus lectores en cuanto comiencen a recorrer sus páginas, el relato es algo fuera de lo común porque su autora publicó esta obra en una época donde la mujer era vista como simple ama de casa y no tenía participación importante en la sociedad. La trama que tiene es apasionante, pues narra las historia de esta jovencita que se revela contra toda imposición social.

Nota: puesto que no se disponía de ella, la portada no corresponde a la edición del libro reseñado, se reemplazará a la brevedad.

(Reseñas producidas por alumnos de 2do. año de Profesorado 2007, a partir de la lectura de libros de la Bibliteca de Literatura infantil y Juvenil "Humberto Sapo Verde")